domingo, 22 de abril de 2018

Carlos María Caron / LATINOAMÉRICA


LATINOAMÉRICA

Autor: Carlos María Caron


      Erguida
en su cintura panameña
embarazada de Brasil marítimo
levanta en sus Andes el legítimo
derecho al Sol, de acuñación limeña.

      De pie
desde su frontera mejicana
hasta sus pies antárticos de hielo
sus aludes de dolor y desconsuelo
no sepultan la gran luz de su mañana.

      Acosada
por ferales invasores
que la trepan igual que madreselvas
se defiende en medio de sus selvas
con garras de jaguar, abierto en flores.

      Así,
como una puma histérica
que aún muriendo se bate por sus crías
así seremos todos algún día
así es, así es Latinoamérica.


Este poema pertenece al libro "Poesías de escaso interés", Carlos María Caron, Metafrasta Ediciones, 1992.

Poesías de escaso interés, Carlos María Caron

Carlos María Caron


"... Magnífica descripción poética de nuestra querida Latinoamérica; poema de Caron de musicalidad en la palabra e imágenes inspiradísimas. Aunque escrito hace mucho tiempo, resulta hoy una metáfora imprescindible y contemporánea de nuestros anhelos y luchas como argentinos y latinoamericanos..."


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domingo, 19 de febrero de 2017

CARLOS MARIA CARON, segundo aniversario

CARLOS MARÍA CARON
Escritor, Periodista, Crítico de arte, Tallerista, Poeta.

13 de Febrero de 2017, 
en su segundo aniversario.

De  Poemas tuyos, míos - Bettina Caron

Crédito de foto: Ángel Morales


55

ordenar viejos papeles
tuyos
prolijamente plegados
a tu manera 

desplegar poesías 
y misterios conocidos...
"porque he aprendido también
 a amarte sin amor
tú eres el Amor.
El excitante Amor
de la Creación,
el amor de los pájaros y del aire,
el amor que brilla en cada piedra
y preña de fantasmas a la dicha 
y a la fatalidad."


56

en una hoja de cuaderno
de 1964
un año antes de casarnos



57

porque algo hay de maravilloso
en lo funesto del pasado
que nos permite
una forma de eternidad

transformar el olvido
en un presente cierto
donde no existen 
los recuerdos



Crédito foto: Ivana Sessarego


martes, 26 de julio de 2016

Presentación de la novela LAS FUGAS, de Carlos María Caron


Presentación de la novela 
Las Fugas, 
del escritor Carlos María Caron

El día viernes 24 de junio a las 19 hs, en la Escuela Del Sol, se presentó la Novela Las fugas, del escritor Carlos María Caron. Más de un centenar de personas se reunieron en algo que fue además una celebración muy emotiva de su vida y su persona. Los oradores fueron los escritores (en el orden que hablaron): Gilberta Anatonia Caron, Fernando Chorny, Martín Greco y Javier Fernández Mouján.  Todos formados por Caron en sus talleres literarios. También contamos con las palabras de su esposa, compañera de toda su vida, Bettina Caron. ¡La celebración superó todas las expectativas y fue una noche increíble! Como dijo Pher Chorny: "Nos reunimos muchas personas para regalarnos todos un momento maravilloso, ¡había muy buena energía, ganas de reír, de emocionarse!" Caron estuvo presente de la forma más luminosa y genial y su familia agradece a todos los que con su presencia hicieron posible este inolvidable encuentro.

Algunas imágenes de la presentación


En la apertura, las palabras de Bettina

La primera que habló sobre la novela, Gilberta Anatonia Caron

Gilberta hablando sobre "Las Fugas"

El segundo orador de la noche, maravilloso momento de Fernando Chorny 

Gracias a todo el público presente! 



Javier y sus emotivas palabras sobre Caron

Su esposa y compañera de toda la vida, Bettina Caron

El escritor Martín Greco y un momento memorable recordando la insólita y genial correspondencia entre ambos 

Martín Greco mostrando en pantalla sus cartas! ¡Bravísimo!

Fernando Chorny y geniales anécdotas (incluyendo un selvático!)






Una noche inolvidable, ¡qué bueno compartirlo entre todos!


Para adquirir el libro haga click en el link: Carlos María Caron. Las Fugas.


Reseña del libro: http://carlosmariacaron.blogspot.com.ar/


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lunes, 4 de julio de 2016

LAS FUGAS, de Carlos María Caron / Reseña del libro por Gilberta Anatonia Caron



LAS FUGAS
de Carlos María Caron





       
LAS FUGAS, de Carlos María Caron
por Gilberta Anatonia Caron


         Carlos María Caron, escritor y crítico de arte, siempre ha sido -no sólo como él mismo se consideraba “un alternativo”- sino un gran provocador. Por eso debo decirles –que nos guste o no- en ésta, su última obra, y aunque no lo crean, Caron se quita el magnífico ropaje –imperial y soberano- de la risa, para transgredir una vez más y hacernos una última broma literaria: la de ponerse serio.
     ¿Por qué digo esto? Porque éste no es otro libro más, de la misma familia de obras a las que nos acostumbró, con una guerra declarada al aburrimiento y enalteciendo –por sobre todo- el elogio de la risa. No es otra obra, donde él es testigo hipnotizado por las desopilantes anécdotas de los personajes del barrio de Liniers y donde el humor emerge como antídoto para la mordedura de ese monstruo, temido por su irreverencia, que era la solemnidad. 
      En esta, su última novela, Caron –y a través de su protagonista Mariano Fernández Wilson- hace otra cosa: se fuga y sueña. Sueña hacia adentro y hacia los confines de sí mismo; se atreve a mostrarse vulnerable –por momentos hasta en carne viva- . Plasma sin pudor, su romanticismo endógeno. 
       Es el momento en que el comediante, terminada la función, se retira solo a camarines y frente al espejo se quita el maquillaje. Se mira, –absorto en los propios pensamientos-, el verdadero rostro. No niego fragmentos y personajes –que los hay- con el sello indiscutible de su humor. Y uno se ríe y se disfrutan. Pero a mi entender, mucho de la obra transcurre en bambalinas de una personalidad, y no en el escenario. Riqueza que se revela no sobre las tablas y bajo las luces, sino entre sombras, siguiendo al personaje por los pasillos del teatro, en la trastienda del gran espectáculo surrealista y de inspiración viva y constante que fue Caron.
      Por eso veo Las fugas, como una especie de “rinoceronte blanco” de la obra de Caron, la otra máscara que faltaba del teatro griego, colgada en la pared. 
     Y para mostrarnos ese otro rostro –y lo que yo considero, la muy difusa frontera entre la persona y el personaje- Tenemos a su protagonista, Mariano Fernández Wilson. 
     Entonces me viene a la memoria el Henry Chinaski de Bukowski, el Nick Adams de Hemingway, el adorable Arturo Bandini de John Fante, lo que pudimos conocer de Cortázar a través de Horacio Oliveira. 
       Nos metemos en una obra de ficción donde, por qué no -este probable alter ego de Caron- nos invita a seguirlo a través de una trama que tiene mucho de dramático y de fascinante mientras se ve atravesada por cantidad de situaciones políticas y sociales de nuestro país, especialmente en la década del setenta durante la dictadura militar. Pero para ahondar un poco más:

      LAS FUGAS, ¿Qué son LAS FUGAS? Las fugas serían en el personaje de Mariano -ya desde niño- como un soñar despierto. De modo que se fuga a otros mundos donde las personas de su alrededor toman matices de sueño idílico o de pesadilla. El protagonista fluctúa entre la realidad y el sueño en esa dialéctica –como decía Cortázar de imán y limadura- entrando y saliendo, a veces de modo brusco, otras imperceptiblemente. 
        Pero las fugas no sólo se juegan en su plano personal, sino que trascienden otras capas que llegan -por ejemplo con humor- a planos históricos, como cuando dice que “como es un sueño” la presidenta de la República que se llamaba María Estela, por alguna razón era “Isabel”. 
        Las fugas son también un compendio de las lecturas y anécdotas históricas preferidas de Caron. Sólo eso es una napa del libro que se puede seguir y que cruza toda la novela. Se mencionan episodios del Quijote, de la película Casablanca, clásicos como la manta partida, anécdotas de Lady Godiva, Napoleón III, Oscar Wilde, y mitología que va desde un combate entre Aquiles y Pentesilea hasta el Rey Midas y el mismo Prometeo. 
       Pero la diferencia entre sueños/fugas o ensoñaciones la da él mismo en el cap VII Pág. 44 en la voz de Fedra, su mujer: “Los sueños, los ensueños, nos deben transportar a mundos ideales. Los sueños de la razón son malos. Goya decía que los sueños de la razón engendran monstruos”. Y muchos de los “sueños de la razón” de Mariano Fernández tienen que ver con una de las etapas más oscuras de la historia argentina que fue la dictadura militar.
         Y acá vamos a ese segundo tema: en la primera parte del libro el personaje de Mariano se va dejando ver en diferentes facetas pero nada se sabe acerca de su detención durante la dictadura. Es justo a la mitad, cuando se produce un punto de inflexión en la obra: en un diario íntimo que relata hechos sucedidos el 14 de junio de 1976 se puede leer de boca de un Coronel, la frase encomillada: “Aquí se acabaron los padrecitos de los pobres”. Allí empezamos a encontrarnos con lo más duro del libro. Con la permanencia en cautiverio de Mariano durante el proceso, que fractura la obra de una manera visceral y da un hachazo, al mundo idílico hasta entonces del protagonista. Años de plomo y genocidio, donde se denuncia explícitamente las aberraciones cometidas durante la dictadura. Vale destacar a mi entender la hondura emocional y el respeto con el que se retrata en el libro lo relacionado al sufrimiento de las víctimas. En Caron, esta denuncia era algo enraizado en su ideología, una denuncia cotidiana que venía de un fuerte compromiso con los derechos humanos. 
      Pero como dije que Caron vertió en este libro tanto de su romanticismo endógeno, voy a otro segundo tema, que es el amor, un amor que incluso en circunstancias tremendas, sigue siendo para el personaje de Mariano una tabla de salvación, como en ese pasaje –bellísimo aunque no menos sórdido- cuando de nuevo en una fuga/sueño en el centro de detención, el protagonista intenta rescatar a su gran amor, María, de las manos de la Gorgona. 
       Pero este romanticismo está presente en más cosas.  Mariano Fernández se enamora de mucho de lo que enamoró a Caron, y que se menciona en imágenes como el Desnudo acostado de Modigliani, La Malabaresa del poema de Baudelaire, o la figura de la Helena que rapta Paris. Dice en el cap. XXII pág 120: “Yo te amo soñando y despierto, te amo desde que comenzaron mis evasiones, llevaras distintos nombres: Rosita, Helena, Virginia y hasta abuela Victoria, pero siempre sos vos”. (Refiriéndose al amor)
      Pero también está una cautivación cercana al amor que produce la contemplación de la belleza no sólo en la mujer sino en el arte, con menciones que van desde la fascinación por las obras de Donatello a la belleza antigua de la ciudad de Siena. 
      Llegado a este punto muchos de ustedes se preguntarán, pero si es un libro de Caron, ¿cómo puede ser?, ¿dónde está el humor? Y el humor, sí, también está, no se preocupen, en personajes como la audaz y transgresora abuela Victoria, su insólito mayordomo George, y muchos de los párrafos relativos a los disparatados Francisco y Rudecinda, los padres de Mariano. 
      Para concluir quería comentarles algo, más allá de mi visión, que es la opinión de dos lectores. Fernando Chorny, ex alumno de Caron, quien me dijo que estaba escrito con maestría y que era un libro muy argentino. También una querida amiga, Sandra Schmoller, con quien mantuve –vía telefónica- una charla deliciosa sobre lo que la lectura del libro le dejó. 
         Ella se había estado preguntando cómo puede ser que aún con la carga dramática de mucho de lo que se cuenta, la lectura resulta ágil y liviana y se transita sin dificultad, aún en los párrafos más difíciles. Y entonces me decía algo como esto: “¿Sabés qué? Debe ser porque aún en ese contexto, sigue estando el humor de tu viejo, incluso a veces haciendo que uno se ría mucho (como las situaciones de la abuela Victoria y su mayordomo). Pero sobre todo porque el libro es tan bueno que te transporta, en cada fuga te fugás con él.” Y yo le dije, “¿Sabés qué? Eso que me dijiste me encanta y lo voy a decir". Y bueno, lo estoy diciendo.  (En realidad escribiendo!)

         Espero que disfruten de este libro y me encantaría sumar sus opiniones sobre la lectura de la obra. 

Gracias!!! Saludos, Gilberta


Para adquirir el libro haga click en el link: Carlos María Caron. Las Fugas.



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martes, 1 de diciembre de 2015

Obras de CARLOS MARIA CARON junto a Pérez Celis en Museo Nacional de Bellas Artes















Del 6 de Octubre al 22 de noviembre 2015, se expuso en el Museo Nacional de Bellas Artes la muestra "Pérez Celis, Testimonio Americano", del reconocido artista plástico Pérez Celis. En esta importante muestra se incluyeron dos obras del escritor Carlos María Caron: Poemas endovenosos y Anatonia. Poemas endovenosos, (Editorial Cuarto Mundo, 1975), contiene poemas de Carlos María Caron y los dibujos de tapa, portadilla y central del pintor argentino Pérez Celis. "Anatonia", (La sillita de oro, 1965), contiene: Canto (poemas) de Carlos María Caron y cinco serigrafías de Pérez Celis. Las serigrafías fueron firmadas y numeradas por el autor.




Sobre la pared, un texto que cita la entrañable amistad y colaboración artística entre Caron y Pérez Celis

Texto que alude a las obras de Carlos María Caron

El libro Poemas Endovenosos

Poemas Endovenosos

Salón de la exposición

Las serigrafías que realizó el pintor Pérez Celis para el libro Anatonia


Original de la invitación a la presentación del libro Anatonia, año 1965


Los libros también se expusieron de forma digital de modo que el público podía ver el interior de Poemas Endovenosos y Anatonia en una pantalla. 

Anatonia en pantalla digital

Poema Anatonia, digital

Poemas endovenosos en pantalla digital




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sábado, 21 de febrero de 2015

CARLOS MARÍA CARON / BIOGRAFÍA



CARLOS MARÍA CARON
(1935/2015)

Escritor, crítico de arte, periodista, profesor...

por Gilberta Anatonia Caron

Carlos María Caron nació en Azul, Pcia. De Buenos Aires, el 6 de agosto de 1935. Fue escritor, periodista y crítico de arte (Miembro de la Asociación Argentina de Críticos de Arte y de la Association Internationale des Critiques D´Art de Paris). 
Como escritor abarcó la poesía, el cuento y la novela, siendo una característica narrativa del autor su mirada humorística sobre la realidad. Su concepción es que la misma excede a la ficción, y que para escribir buenas historias sólo basta con mirar lo que ocurre a nuestro alrededor. 
Por eso en sus libros –además de recopilar desopilantes historias y anécdotas- desfilan bohemios, locos, artistas; personajes conocidos del autor que se vuelven totalmente entrañables para sus lectores. Muchos de esos personajes –amigos y conocidos del barrio del Liniers donde vivió su juventud- han sido importantes nombres del arte o la literatura: Elías Castelnuovo, Pérez Célis, Mario Pucciarelli, Osiris Chierico, Roberto Arlt, Hugo y Tomás Ditaranto, entre otros.
A través de su genial sentido del humor, Caron se aventura a mundos alucinantes, donde sus historias son notoriamente sensibles a la realidad histórica y política, así como el ideario social y cultural de cada época. 
Su permanente duelo lúdico entre ficción y realidad imprime en sus personajes una mirada tierna, despiadada y tan divertida al mismo tiempo, que anula por completo la posibilidad de indiferencia o aburrimiento del lector. 
Sin embargo, su sentido del humor o lo divertidas que pueden ser sus historias, no excluyen la profundidad con la que trata cantidad de temas que van desde determinado momento social o político de la Argentina (como la guerra de Malvinas) hasta su propia genealogía familiar que traza por ejemplo en Los Robitaille, memoria de cuatro generaciones de sus antepasados, desde su partida de Francia en 1870 hasta su afianzamiento en la Argentina.
A lo largo de su vida como escritor ha publicado: Anatonia (Canto poético), Ediciones la Sillita de Oro, 1965. Poemas Endovenosos (poesía), Editorial Cuarto Mundo, 1975. La Majareta ( novela), Editorial Galerna, 1981. Haig, la mediación y otras manías porteñas (cuentos), Editorial Galerna, 1982. Estamos todos nerviosos ( novela), Braga Editores, 1983. Taller Literario, juegos y humor, Ediciones Escuela Del Sol, 1991.  Poesías de escaso interés, 1992. Escribir  con humor, Ediciones Colihue, 1996; Los Robitaille    ( novela )  2004; Argentinos: ¡el mundo nos queda chico!, 2005 y El caballero y su sombra, 2006.   También publicó cuentos en las Antologías: Nuevos cuentos argentinos, Editorial Calatayud y Los argentinos en la Luna, Editorial de la Flor, con anterioridad.
Pero Carlos María Caron fue un ser multifacético que desarrolló además, -con la misma pasión que la escritura- su carrera de crítico de arte, periodista y profesor.
Su labor periodística comenzó a desarrollarse durante la década del 60, siendo Director Creativo de la Editorial Julio Khorn y periodista en la misma editorial, encargándose de notas de los más variados géneros que abarcaban entrevistas, horóscopos, recetas de cocina, arte, cine, teatro y otros rubros en revistas como Antena, Radiolandia , Para ti y otras... 
También se desempeñó como Director de la revista Imagen y luego Imagen del País. Fue redactor y crítico en la mítica revista 2001, colaborador de las revistas Humor, Péndulo y Mutantia (de la editorial La Hurraca de Andrés Cascioli); Colaborador de la revista Juegos de Daniel Samoilovich; Crítico de Arte de la revista francesa INTER MUSES editada en París; Redactor de La voz de la Prov. de Salta y de diarios de Río Negro y otras provincias; Colaborador de numerosas publicaciones barriales como Cosas de Barrio (de Liniers) y La Chacrita de los Colegiales .
Como crítico colaboró en diversas publicaciones y galerías especializadas de Buenos Aires y Francia, así como fue jurado en cantidad de premios de plástica y de crítica. 
Sus inicios como crítico se remontan a los años sesenta, cuando descubrió importantes pintores de quienes escribió la primera nota, ya que junto a Bettina su mujer, asistían a más de 5 presentaciones de apertura de exposiciones por semana, que era la media por aquellos años . Redactó más de doscientos textos de catálogos de esos pintores para las más notables y representativas galerías de Arte del 60 como el  famoso Di Tella, Bonino, Rubers, Wildestein, Witcomb, El Sol  y tantas otras. 
Entre los pintores a cuyo pedido escribió sus catálogos figuran Eduardo Mc Entyre, Miguel Angel Vidal, Campanella, Jorge De La Vega, A. Heredia, Lea Lublin, Martha Acal, Yaco Nowens y su entrañable amigo Pérez Celis, entre muchos otros.
Asistía por esos años, después de las inauguraciones de las muestras de Arte -siempre con su mujer- a las míticas reuniones en la casa de Antonio Berni o las del piso de la calle Arroyo del poeta Fernando De María, donde asistían regularmente Leopoldo Marechal con su esposa, Alejandro Vignatti, Jorge Pérez Camacho, Pérez Celis, César Fernández Moreno(h) entre muchos otros escritores y pintores y  donde agotaba a la audiencia con su primeras canciones el entonces Indio Gasparino - luego Facundo Cabral - así como a los famosos primeros Happenings de Marta Minujin en el Di Tella y  los encuentros poco convencionales del  BARBARO.
Carlos María Caron ha sido, además, un devoto esposo y amoroso padre de dos hijas: Gilberta Anatonia y Albertina Anatonia a quienes (junto a su adorada nieta Justina) ha dedicado todos sus libros. 
También ha sido en la vida real un incansable contador de historias (al estilo del “Gran Pez” de Tim Burton) rodeándose de cantidad de oyentes y amistades que son hoy la memoria viva de todas sus anécdotas; muchas de ellas rindiendo culto a la amistad y al rugby de su juventud en Beromama, de su nativo y entrañable barrio de Liniers. Años que homenajéo en su primera novela “La Majareta”. 
Su legado de genial humor y fantasía desbordante queda en todas sus obras y sus lectores así como innumerables alumnos –muchos de ellos escritores- que lo recuerdan como uno de los maestros y seres más estimulantes no sólo en su formación literaria sino en su vida. 


Algunas imágenes de Caron...


Collage de Caron en revista literaria Metafrasta

Con el primer grupo de alumnos de la revista Metafrasta

Posando para la revista

Junto a su esposa Bettina durante un acto en reconocimiento de Caron como escritor en el Palacio de la Legislatura porteña

En la puerta de la casa del escritor Elías Castelnuovo en el barrio de Liniers

Con sus amigos de Liniers en su juventud

Junto a su hija, Gilberta Anatonia, en la presentación de un libro 
Caron en París (contratapa de Los Robitaille)

Junto a su esposa Bettina en el estudio del pintor Pérez Célis en Nueva York

Junto a su primer alumno de Taller, el escritor Martín Greco

Caron en unas vacaciones, junto a su hija Albertina Anatonia y su nieta Justina 


Con sus compañeros de la Escuela Nacional de Comercio en su 4to año
Junto a su yerno, contándole divertidas anécdotas de su juventud 


Junto al pintor Miguel Carlos Labra en galería Arte Clásica
En su juventud, escribiendo de noche en su Remington
En su casa de Liniers: abajo sus amigos Pérez Célis y Barbachán, Caron se asoma arriba muy joven en la ventana
Detalle de Carlos María

Con su amigo y fileteador Martiniano Arce

Junto a Pérez Célis y Romero Brest en los tiempos del Instituto Di Tella
Caron y su famosísima "mirada de pirata"

Carlos María Caron acompañado del pintor Antonio Berni

En una inauguración del pintor Pérez Célis en la década del 60